España está viviendo un momento importante en su historia energética. En 2024, más de la mitad de la electricidad del país se generó con fuentes renovables. Hablamos de 148.999 GWh producidos a partir del sol, el viento, el agua o la biomasa, lo que supuso un 56,8 % del total, según Red Eléctrica de España. Hace solo diez años, estas cifras eran casi impensables.
Este crecimiento se debe a la combinación de tecnologías como la energía solar, eólica, hidráulica, biomasa, geotermia y mareomotriz, todas ellas basadas en recursos naturales inagotables y con bajo impacto ambiental. También es fruto de la innovación tecnológica, la caída de costes, la mayor conciencia medioambiental y unas políticas públicas decididas a descarbonizar el sistema eléctrico.
Y, por supuesto, tiene mucho que ver con el cambio de mentalidad de miles de hogares, empresas y administraciones que ya apuestan por generar y consumir energía limpia.
🌞 ¿Qué son las energías renovables y por qué son el futuro energético?
Las energías renovables son aquellas que se obtienen a partir de fuentes naturales capaces de regenerarse de forma continua, como el sol, el viento, el agua o el calor del interior de la Tierra.
A diferencia de los combustibles fósiles, no se agotan con su uso, no dependen del exterior y, lo más importante, no generan emisiones contaminantes en el proceso de generación eléctrica.
El interés por estas fuentes ha crecido de forma acelerada en todo el mundo, y especialmente en países como España, donde las condiciones climáticas permiten aprovechar el sol y el viento con gran eficiencia. Esto convierte a las renovables en una opción limpia y también en una alternativa estratégica para reducir la dependencia del gas o el petróleo.
Principales tipos de energías renovables y como se aprovechan
Existen diferentes tipos de energías renovables según el recurso natural que aprovechan. Las más comunes son la solar, eólica, hidráulica, biomasa, geotermia y las energías marinas. Vamos a ver detalladamente cada tipo de energía renovable:

Energía solar
Es la fuente renovable con mayor crecimiento en España. Aprovecha la radiación del sol para generar electricidad o calor, de forma limpia y sin emisiones. Su flexibilidad permite instalarla tanto en viviendas como en grandes plantas solares.
- La solar fotovoltaica convierte la luz del sol en electricidad mediante paneles solares. Ya supera los 32 GW de potencia instalada y, en algunos meses de 2025, generó más del 20 % de toda la electricidad del país.
- La solar térmica se usa sobre todo para producir agua caliente o calefacción en viviendas, aprovechando el calor del sol a través de colectores.
- Y luego está la termosolar, menos conocida pero con una ventaja clara: puede almacenar calor y seguir generando electricidad cuando ya no hay sol.
Gracias a sus bajos costes y a la cantidad de sol que recibe España, la solar se ha convertido en la tecnología más competitiva del sistema eléctrico y en una opción real para hogares, empresas e inversores.

Energía eólica
La energía eólica transforma el viento en electricidad gracias a aerogeneradores. Es una tecnología madura, limpia y con fuerte presencia en España, donde fue la primera fuente del mix eléctrico en 2024, por encima incluso de la nuclear.
- La eólica terrestre es la más habitual. Los parques eólicos se ubican en zonas elevadas o llanuras donde el viento sopla con fuerza y regularidad. Es eficiente y relativamente sencilla de instalar.
- La eólica marina se coloca en el mar, donde los vientos son más constantes. Aunque en España aún está en fase inicial, ya existen proyectos piloto y regulación específica para su desarrollo.
La eólica es importante porque no emite CO₂, tiene bajo coste operativo y puede instalarse a gran escala. Su producción es variable, pero encaja perfectamente en un sistema eléctrico flexible como el español, cada vez más adaptado a fuentes renovables intermitentes.

Energía hidráulica
La energía hidráulica aprovecha la fuerza del agua en movimiento para generar electricidad. Es una fuente renovable clásica, muy utilizada en España, que además funciona como sistema de respaldo para otras tecnologías más variables como la solar o la eólica.
- Las centrales de embalse almacenan agua en presas y liberan el caudal para mover turbinas cuando se necesita más electricidad.
- Las de pasada generan energía directamente con el flujo de los ríos, sin acumular agua.
- Y luego están las reversibles o de bombeo, que permiten almacenar energía elevando agua a un embalse superior y turbinarla después, cuando hay más demanda.
En años con buena pluviometría, la hidráulica puede aportar más del 13 % de la electricidad del país. Además, es una tecnología madura, autóctona y esencial para equilibrar el sistema cuando otras renovables no producen.

Biomasa y biogás
La biomasa es una fuente renovable que aprovecha materia orgánica para generar energía. Es especialmente útil en zonas rurales o en sectores con abundantes residuos agrícolas, forestales o ganaderos. Puede utilizarse para producir calor, electricidad o combustibles alternativos de forma local y sostenible.
La biomasa sólida, como astillas, pellets o restos de poda, se quema en calderas para generar calor o electricidad, sobre todo en industrias que necesitan altas temperaturas.
El biogás se obtiene al fermentar residuos orgánicos, como estiércol o restos de alimentos, en digestores anaerobios. Este gas renovable se puede utilizar para calefacción, generación eléctrica o incluso inyectarse en la red de gas.
También existen los biocombustibles líquidos, como el biodiésel o el bioetanol, producidos a partir de aceites vegetales o cultivos no alimentarios. Se usan principalmente en el transporte como alternativa a los carburantes fósiles.
En 2024, la generación de energía con biomasa en España creció un 23 %, lo que demuestra su papel creciente, especialmente en sectores intensivos en calor. Aunque aún representa una parte menor del mix, ayuda a valorizar residuos y a diversificar las fuentes renovables del país.

Energía geotérmica
La geotermia utiliza el calor del interior de la Tierra como fuente de energía. Es constante, silenciosa y no depende del clima, lo que la convierte en una opción muy estable frente a otras renovables.
- En España, no se utiliza para generar electricidad a gran escala, pero sí para calefacción y agua caliente sanitaria en viviendas o edificios, mediante bombas de calor geotérmicas.
- Su aplicación es muy valorada en entornos urbanos y rurales donde se busca reducir el uso de gas o gasoil sin grandes cambios en la red.
- Aunque aún está poco desarrollada, se han identificado recursos geotérmicos con potencial para cubrir varias veces la demanda eléctrica nacional, aunque su explotación requiere perforaciones profundas y alta inversión inicial.
Es una de esas tecnologías silenciosas que aún no han despegado del todo en España, pero que podrían jugar un papel clave en la climatización sostenible del futuro.

Energías del mar
Las energías marinas aprovechan la fuerza del océano para generar electricidad. En España están aún en fase piloto, pero se perfilan como una opción prometedora de cara a los próximos años.
La energía mareomotriz capta la subida y bajada de las mareas, mientras que la energía undimotriz transforma el movimiento de las olas en electricidad. Ambas tecnologías son limpias, constantes y con gran potencial en zonas costeras.
España ya cuenta con un marco regulatorio específico para desarrollarlas, y se espera que a partir de 2026 se empiecen a ver proyectos más ambiciosos, especialmente combinados con eólica marina.
Aunque su presencia actual en el mix es simbólica, el aprovechamiento energético del mar podría jugar un papel importante en un sistema más diversificado y resiliente.
Ventajas de las energías renovables frente a los combustibles fósiles
Las energías renovables no solo ayudan a frenar el cambio climático. También son una apuesta estratégica para reducir la dependencia del exterior, abaratar la factura y generar empleo local. A continuación repasamos por qué están ganando tanto terreno frente a los combustibles fósiles.
1. Cero emisiones directas y aire más limpio
Las renovables no emiten CO₂ ni contaminantes durante su funcionamiento, lo que las convierte en una herramienta clave frente al cambio climático. En 2024, un 76,8 % de la electricidad generada en España fue libre de emisiones, una cifra que hubiera sido imposible con fuentes fósiles. Cuanta más energía renovable consumimos, menos gases de efecto invernadero lanzamos a la atmósfera.
2. Independencia energética y recursos propios
España depende del exterior para importar gas o petróleo. En cambio, el sol, el viento o el agua están aquí, y son gratuitos. Aprovecharlos no solo es más sostenible, también nos protege frente a las subidas de precios internacionales o tensiones geopolíticas. Cada panel solar instalado o cada aerogenerador activo reduce esa vulnerabilidad.
3. Costes más bajos y estables
Uno de los grandes mitos de las renovables era que eran caras. Hoy, la fotovoltaica es la tecnología más barata del sistema eléctrico español, con un precio medio de 45,64 €/MWh en 2024. Además, no dependen del precio del combustible, por lo que ofrecen costes más predecibles y ayudan a abaratar el precio final de la luz.
4. Innovación, empleo y oportunidad industrial
La transición energética no solo implica cambiar la fuente de energía, también genera empleo, innovación y tejido empresarial. España está desarrollando sectores emergentes como el almacenamiento, el hidrógeno verde, la eólica marina o el autoconsumo colectivo, que crearán miles de puestos de trabajo y nuevas oportunidades en zonas rurales o industriales.

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