Comunidades solares y comunidades energéticas: dos caminos hacia el autoconsumo colectivo

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España avanza hacia un modelo energético más limpio y participativo. Cada vez más personas y empresas buscan producir y consumir su propia energía renovable, reduciendo su dependencia de la red y su huella de carbono.

En este contexto surgen tres conceptos clave: autoconsumo colectivo, comunidad solar y comunidad energética. Los tres comparten una misma base —la energía compartida—, pero difieren en cómo se organizan, quién las gestiona y qué objetivos persiguen.

Qué es el autoconsumo colectivo

El autoconsumo colectivo es la base común de todos estos modelos. Consiste en compartir la energía generada por una instalación solar entre varios usuarios, que pueden ser viviendas, negocios o entidades situadas cerca unas de otras.

En lugar de que cada uno instale sus propios paneles, se monta una planta solar compartida, y la energía se reparte entre los participantes según un acuerdo previamente establecido. Cada usuario ve reflejado en su factura el descuento correspondiente a la parte de energía que le pertenece.

Este modelo ofrece múltiples ventajas:

  • Ahorro en la factura eléctrica.
  • Producción local de energía limpia.
  • Flexibilidad: se puede adaptar a comunidades de vecinos, polígonos industriales o zonas rurales.

Gracias a la normativa actual, las instalaciones de autoconsumo colectivo pueden compartir energía en un radio de hasta 2 kilómetros, lo que permite aprovechar cubiertas, naves o terrenos cercanos de manera eficiente.

Qué es una comunidad energética

Las comunidades energéticas son un paso más allá del autoconsumo colectivo. Se trata de entidades jurídicas (cooperativas, asociaciones o consorcios) que agrupan a ciudadanos, empresas y administraciones para producir, gestionar y consumir energía renovable de manera conjunta.

Su objetivo no es únicamente ahorrar, sino también generar un impacto social, ambiental y económico positivo en su entorno.

Principales características:

Gestión democrática:

Todos los miembros tienen voz y voto.

Impacto local:

Los beneficios se reinvierten en el propio municipio o comunidad.

Proyectos integrales:

Pueden incluir generación renovable, almacenamiento, movilidad eléctrica o eficiencia energética.

Marco legal:

Están reguladas por la Directiva (UE) 2018/2001, la Ley 7/2021 y el RD-ley 5/2023.

Una comunidad energética es, por tanto, una forma avanzada de autoconsumo colectivo con una visión comunitaria y sostenible.

Qué es una comunidad solar

La comunidad solar es una versión simplificada del autoconsumo colectivo, diseñada para quienes no pueden instalar paneles en su tejado o no quieren gestionar un proyecto propio.

En este modelo, una empresa promotora —como Soldelia— instala una planta solar y ofrece la posibilidad de suscribirse a una parte de su producción. El usuario consume energía solar generada en esa planta, sin realizar ninguna instalación ni trámite, y recibe el descuento directamente en su factura.

Ventajas principales:

No requiere inversión inicial ni obras.

Ideal para viviendas en alquiler o sin acceso a cubierta.

Permite reducir la huella de carbono de forma sencilla.

En este caso, la empresa promotora asume toda la gestión técnica y administrativa, por lo que el usuario solo disfruta de los beneficios del autoconsumo sin complicaciones.

Comparativa entre comunidad solar y comunidad energética

Aspecto Comunidad energética Comunidad solar
Tipo de modelo Autoconsumo colectivo con estructura legal propia Autoconsumo colectivo gestionado por una empresa promotora
Participación Activa: los miembros toman decisiones y gestionan la entidad Pasiva: el usuario solo se suscribe y consume energía
Tramitación Requiere construir una cooperativa o asociación Sin trámites para el usuario
Objetivos Ahorro + impacto social, ambiental y local Ahorro y acceso sencillo a energía limpia
Gestión Democrática entre los socios Centralizada en la empresa promotora

Tanto las comunidades solares como las comunidades energéticas son formas de autoconsumo colectivo, y ambas contribuyen a la transición hacia un modelo energético más justo, sostenible y participativo.

  • Si buscas simplicidad y comodidad, la comunidad solar es la opción ideal: sin instalación, sin inversión y con ahorro directo.
  • Si prefieres implicarte activamente y promover un impacto local duradero, la comunidad energética ofrece un modelo colaborativo y transformador.

En Soldelia te ayudamos a encontrar la opción que mejor se adapta a ti o a tu empresa, desde la evaluación inicial hasta la puesta en marcha del proyecto.

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