La energía es un coste fijo que muchas veces damos por hecho, pero que, si no se gestiona bien, puede afectar a la rentabilidad de la empresa. Y aunque hay muchas recomendaciones para mejorar la eficiencia energética, la mayoría requieren una inversión o cambios en tu comercializadora que no siempre son viables.
Por eso desde Soldelia te contamos cómo puedes reducir el consumo eléctrico de tu empresa sin hacer ningún gasto, sin cambiar de proveedor y sin modificar la actividad diaria de tu negocio.
Además, veremos empresas como la tuya que ya están ahorrando hasta un 40 % en su factura de luz sin instalar absolutamente nada cuando la factura de la luz sube sin parar.
8 estrategias sencillas para pagar menos en tu factura eléctrica si tienes una PYME
El primer paso de cualquier plan de ahorro energético es conocer en detalle dónde y cómo estás gastando la energía. Porque si no sabes qué áreas consumen más, difícilmente podrás lograrlo.
1. Identifica los focos de mayor consumo eléctrico en tu empresa
Una buena forma de empezar es revisar tus facturas eléctricas de los últimos 6 a 12 meses. Busca patrones de consumo: ¿hay meses especialmente altos?, ¿se concentra el gasto en determinados horarios?, ¿hay equipos que están encendidos cuando no deberían? Este ejercicio, que forma parte de una auditoría energética básica, te dará mucha información útil para tomar decisiones.
Otra herramienta interesante son los medidores de consumo o sistemas de monitorización energética que puedes instalar en tu cuadro eléctrico.
Si no cuentas con estos dispositivos, no te preocupes. Puedes empezar simplemente haciéndote preguntas como:
- ¿Qué equipos eléctricos están conectados las 24 horas?
- ¿Tenemos máquinas en stand-by fuera del horario laboral?
- ¿El aire acondicionado o calefacción está bien regulado?
- ¿Hay luces encendidas en zonas donde no hay nadie?
2. Mejora la iluminación y notarás el ahorro
Cambiar a bombillas LED es una de las formas más rápidas y efectivas de reducir el gasto energético. Consumen hasta un 80 % menos que las tradicionales y duran mucho más.
Si puedes, instala sensores de movimiento en pasillos, baños o zonas comunes. Evitarás luces encendidas todo el día sin necesidad.
Y no olvides la luz natural. En muchos negocios, basta con aprovechar mejor las horas de sol para encender menos lámparas.
Pequeños ajustes como estos no requieren inversión, pero sí se notan en la factura.
3. Revisa el estado y eficiencia de tus equipos eléctricos
No es necesario cambiar toda tu maquinaria, pero sí conviene echar un vistazo a los equipos que más consumen. Aparatos antiguos, sin mantenimiento o mal configurados pueden disparar el consumo sin que te des cuenta.
Empieza por lo más básico: climatización, refrigeración, equipos informáticos… Si llevan años funcionando sin revisión, es probable que estén consumiendo más de lo necesario. A veces, algo tan simple como limpiar filtros, revisar horarios de encendido o ajustar la configuración puede reducir el gasto eléctrico.
Piensa en esto como un mantenimiento preventivo, no como una inversión. Y si te toca renovar algo, elige siempre aparatos con etiqueta de alta eficiencia energética. El cambio se nota en cada factura.
4. Ajusta la potencia contratada y evita pagar de más
Muchas empresas pagan por una potencia que no necesitan. Y ese exceso se traduce en un coste fijo mensual que, aunque no lo notes, va sumando.
Si nunca has revisado cuánta potencia tienes contratada frente a lo que realmente usas, es posible que tengas margen de ahorro sin tocar nada más. Solo necesitas revisar tu factura y ver si hay picos de consumo que justifiquen esa potencia. Si no los hay, estás pagando por algo que no usas.
Habla con tu comercializadora o consulta a un asesor energético. Ajustar ese término puede suponer un ahorro inmediato, sin inversión y sin cambiar de proveedor.
5. Elimina consumos innecesarios sin esfuerzo
Muchos negocios pierden dinero sin darse cuenta por dejar encendidos aparatos fuera del horario laboral. Ordenadores en stand-by, luces que nadie apaga, aires acondicionados funcionando en espacios vacíos… Son consumos silenciosos que, al cabo del mes, pesan más en la factura de luz de lo que parece.
Una buena práctica es revisar qué queda encendido después del cierre. No hace falta tecnología avanzada para esto, solo rutina y un poco de conciencia. Establecer horarios de apagado o utilizar regletas con temporizador puede ayudarte a evitar este gasto innecesario.
A veces el ahorro empieza por algo tan simple como apagar lo que no se usa.

6. Aprovecha la tecnología para controlar el consumo
Hoy en día, tienes herramientas muy asequibles para saber cuánto estás gastando y en qué. Desde apps de monitorización hasta enchufes inteligentes o medidores conectados al cuadro eléctrico.
Con estas soluciones puedes ver en tiempo real qué equipos consumen más, detectar picos de gasto y actuar a tiempo. No hace falta hacer una gran inversión: algunos dispositivos cuestan menos que una comida de empresa y te devuelven ese ahorro en pocas semanas.
Controlar es el primer paso para reducir. Y hoy, hacerlo es más fácil que nunca.
7. Revisa tu tarifa de luz: ¿pagas lo justo?
No todas las tarifas están pensadas para negocios. Muchas pymes siguen con contratos que no se ajustan ni al perfil de consumo ni a los horarios reales de actividad.
Comparar opciones puede parecer tedioso, pero es una de las formas más rápidas de reducir costes fijos. Existen tarifas con precio fijo por horas valle, tarifas planas o modelos indexados al mercado mayorista.
Y si no quieres cambiar de compañía, muchas veces solo con renegociar condiciones puedes conseguir un precio más competitivo. La clave está en revisar y preguntar.
8. Únete a una comunidad solar y ahorra con 0€ de inversión
¿Y si pudieras consumir energía solar sin instalar placas, sin usar tu tejado y sin hacer cambios de comercializadora eléctrica en tu empresa?
Eso es exactamente lo que te permite una comunidad solar: acceder a energía renovable, a un precio fijo mucho más bajo, simplemente conectándote a una planta fotovoltaica cercana. En Soldelia, desarrollamos instalaciones en cubiertas disponibles dentro de zonas industriales o urbanas, y tú puedes beneficiarte de esa energía sin inversión y sin preocuparte por nada.
Sigue con tu misma actividad, tu mismo local, tu mismo proveedor eléctrico… pero parte de la energía que consumes viene de una fuente limpia, local y mucho más barata.
¿El resultado? Hasta un 40 % de ahorro en tu factura sin tener que instalar paneles, ni asumir costes, ni cambiar de comercializadora.
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